26 jul 2013

¡Sor Lucía Caram ha encontrado nuestro blog!



  Lo ha encontrado y ha puesto un enlace en su página de facebook.
  Nos ha llenado de alegría descubrir que su libro, titulado Mi Claustro es el Mundo y que recoméndabamos leer el mes pasado, se ha convertido en la éntrada más visitada de Trece Perlas desde que arrancamos este blog.
  ¿Y cómo podía ser eso? Nos preguntábamos estos días intrigados. Además, en cuestión de tres días. Visitantes de España, Estados Unidos, Argentina, Brasil... Hasta que se nos ocurrió visitar la página de Sor Lucía en Facebook y lo entendimos.

  ¡Gracias, Sor Lucía!
  Con gestos así la lectura con valores se acerca a más y más personas, todas buscadoras de palabras y autores que ayuden a ser más felices.

  Un saludo afectuoso de los dos.

11 jun 2013

El Niño con el Pijama de Rayas

  ¿Cómo sería un campo de exterminio nazi visto desde los ojos de un niño de nueve años?
  Su mirada podría llevarnos a reflexiones distintas, que no hayamos tenido hasta ahora porque ya no somos niños. Reflexiones valiosas, seguro. 
  Aunque, claro, aún no hemos dicho si la mirada de ese niño se encuentra a uno u otro lado de la alambrada del campo...

  No podemos decírtelo. Lo mejor que puedes hacer es leer esta joya de historia. 
  Escrita desde la inocencia e ingenuidad que muestra su protagonista, te costará dejar el libro para otro rato. Y, cuando ya lo hayas acabado, muchos fragmentos, frases e imágenes quedarán flotando en tu cabeza unos cuantos días. 

  Como otros libros que tienen el don de poder ser leídos por lectores de distintas edades, esta obra puede emocionar y hacer pensar a partir de los trece años según sus editores en España. Aunque, si el lector es maduro y tiene a un adulto con quien hablar de la historia y poder formular las preguntas que le surjan, nosotros pensamos que puede ser leída sin problemas a partir de los diez. 
 ¿Y cómo es eso posible? Si el lugar en el que transcurre la mayoría de la historia es un campo nazi, ¿no hay escenas violentas, dolor y muerte? Pues Jhon Boyne (1.971), su autor, consigue hacer referencia a la violencia, el dolor y la muerte de forma sutil, con el prisma de quien está viendo algo que sabe que es malo pero que no puede explicar muy bien. Os ponemos un ejemplo: "A los soldados no les gusta que le gente se cure (...). Normalmente funciona al revés". 

  El amor entre padres e hijos y entre hermanos, la amistad y la visión curiosa y aventurera de  la vida que tienen los niños serán otros valores y temas que encontrarás. 

VALORES: amor, amistad, familia.
OTROS ÁMBITOS: otros mundos otras miradas.

INTERESANTE: editado en el 2.006, este libro ya se ha traducido a 34 idiomas, recogiendo varios premios literarios importantes. En España fue nº1 en ventas en el 2.007 y 2.008. Y en el 2.008 se estrenó una película sobre él que fue bien valorada. 

PRECIO: desde 13 €. En ebook desde 6 €.

10 jun 2013

Mi Claustro es el Mundo

  No leas este libro si eres un ateo incapaz de respetar que el motor de algunas personas para dar amor a espuertas sea Dios. 
  No lo leas si eres un agnóstico con pocas ganas de hacerte preguntas en este momento de tu vida.
  Y, si eres un creyente que está absolutamente de acuerdo con todo lo referente a la doctrina católica, pues tampoco lo leas.

  Para todos los demás, os presentamos uno de esos libros-mapa que nos llevan a diferentes tesoros:

- El primero es su autora, Sor Lucía Caram, una monja contemplativa que combina su vida de oración, estudio y comunidad con una actividad social por los más desfavorecidos muy intensa. Una mujer libre que dice lo que piensa.
- El segundo tesoro es un montón de reflexiones valientes sobre la iglesia católica, el mensaje de Jesús, el papel de cada uno de los que integran la iglesia, la vida de las monjas de clausura, el altruismo, la felicidad,  etc. 
Mi claustro es el mundo- Otro tesoro que encontrarás será el descubrimiento de varias iniciativas muy interesantes relacionadas con el servicio a los demás, y muy conectadas con el periodo de grave crisis que padecemos. El Grupo de diálogo interreligioso de Manresa, el proyecto MOSAIC de salud mental o la fundación Rosa Oriol. 

  Y todo contado con una prosa sencilla y sincera. Sor Lucía hace repaso a su niñez en Argentina y a todas aquellas vivencias que la ayudaron a ser hoy quien es y a hacer lo que hace. 
  Seguramente, como nosotros, sonreirás y te sorprenderás con reflexiones audaces y honestas que nunca olvidan el sentido del humor y el lado más optimista de la vida.


VALORES: amor, espiritualidad, servicio a los demás.
Sor Lucía Caram

OTROS ÁMBITOS: otros mundos otras miradas


INTERESANTE: Sor Lucía tiene cuenta en facebook y twitter. También conduce un programa de radio,  Punt de Trobada (en catalán), donde puedes escuchar sus entrevistas, siempre relacionadas con gente comprometida con los que menos tienen y que hablan de cómo ser más feliz; se pueden escuchar los audios a la carta en internet. 

PRECIO: a partir de 18 €. También en ebook a partir de 8 €.


15 may 2013

Paolo Giordano y su propia soledad

  En esta entrevista, el autor de La Soledad de los Números Primos - una de las perlas de nuestro blog- nos cuenta de forma sincera y abierta episodios personales y de su faceta como escritor.
  A través de ellos, nos hace pensar en cosas importantes como lo difícil que puede resultar encontrar tu verdadera vocación o cómo las relaciones personales y las vivencias nos construyen para acercarnos a quienes queremos ser.

  Tanto si ya te has leído su primera novela como si no, tal vez te apetezca reflexionar un poco de la mano de este prometedor escritor italiano. 


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Tras el fenómeno de “La soledad de los números primos”, Paolo Giordano entró en guerra consigo mismo, engordando y aislándose de todos. Necesitó de una guerra de verdad para escapar de la parálisis y, aunque en los desiertos de Afganistán encontró “El cuerpo humano” (Salamandra/Ed. 62) y otra forma de entender la masculinidad, casi pierde a su pareja. Nos lo cuenta con detalle en su estudio de Turín, en una suerte de sesión terapéutica. texto ANTONIO LOZANO fotos ASÍS G. AYERBE
El elíptico interior de la Mole Antonelliana -uno de los símbolos arquitectónicos de Turín, construido entre 1863 y 1878- alberga el Museo Nazionale del Cinema. Su principal atracción, sin embargo, consiste en subirse a un ascensor acristalado que, de forma meteórica y totalmente disuasoria para los que sufren de vértigo, lo deposita a uno en un mirador a 167,5 metros sobre el suelo, cifra que en su día lo convirtió en el edificio de ladrillo más alto de Europa. Una propulsión, rematada con un encumbramiento, de similar intensidad es la que experimentó el -con permiso de un Alessandro Baricco que ha residido en Roma los últimos años- escritor más relevante de la ciudad, Paolo Giordano, gracias a su ópera prima, La soledad de los números primos. Corría 2008, tenía 26 años y ninguna experiencia previa en el mundo de las letras. Ganó el gordo literario de su país, el Premio Strega, y los lectores de esta revista la escogieron como mejor obra de narrativa extranjera de cuantas se tradujeron en 2009, apuntalando un sonado éxito de ventas en España (350.000 ejemplares). Aquella novela de seres emocionalmente frágiles, atrapados en fortalezas mentales levantadas por sofocantes episodios de la niñez, donde una cita de Sylvie de Gérard de Nerval servía de pórtico, dejaba claro que detrás latía una sensibilidad a la que lidiar con la fama no le iba a resultar nada fácil. Y así fue. Giordano ha necesitado cinco años, dos proyectos fallidos y una guerra para reencontrar su camino. A esto hay que sumarle una aguda crisis de confianza y suficientes peleas con su novia como para temer que la relación podía romperse en cualquier momento.
Pero aquí está al fin El cuerpo humano, que es como decir la superación de esa gymkama letal que supone toda novela que sigue a un bombazo tan prematuro como inesperado. En ella, Paolo Giordano retrata de forma coral la vida cotidiana en una base militar italiana en medio de desierto durante el conflicto de Afganistán. A las maniobras, los combates, los roces, la fraternidad y el tedio del presente se solapan los saltos al pasado para conocer los orígenes y las heridas profundas tanto de soldados como de oficiales. Al contrario que en su debut, donde todo estaba medido y ajustado, aquí ha buscado “moverme con mayor libertad, conceder más espacio al lector para interpretar a los personajes”.
Y es por El cuerpo humano que el autor recibe al fotógrafo y al redactor en su estudio turinés (...)
Carl Jung nos sobrevuela
Rompe el hielo el anfitrión comentando que hay una tradición, entre los estudiantes turineses, que dicta que la Mole Antonelliana no debe subirse hasta que uno se gradúa, pero que él no lo hizo hasta hace poco. La parábola salta a la vista: la verdadera madurez, para Giordano, justo acaba de empezar. (...)
Sentados ya para dar inicio a la entrevista, llama la atención del periodista un gigantesco ejemplar del legendario Libro Rojo en el que el psicólogo suizo Carl Gustav Jung sentó las bases de su cruzada por hacer aflorar el inconsciente. Se antoja una buena señal a las puertas de empezar una charla con la que se busca perfilar a un autor que saltó a la celebridad con un libro que hablaba de barreras psicológicas y al que le preocupa especialmente la distancia entre el yo íntimo y el yo social. Resulta que Giordano acude como oyente a una asociación jungiana porque sus análisis “son muy inspiradores para la vida y muy útiles para mi trabajo”. Arranca la sesión.
Un instante de la entrevista en el estudio turinés de Paolo Giordano.
Un instante de la entrevista en el estudio turinés de Paolo Giordano.
Perdido entre números
“No estoy muy seguro de por qué estudié física teórica. En mi último año en el instituto me debatía entre cursar filosofía o algo de ciencias y, paradójicamente, un profesor de la primera, con afán proteccionista, me dijo que ni se me ocurriera seguir sus pasos. Ahora me arrepiento. Creo que escogí una de las disciplinas más complejas, si no la que más, porque quería ponerme a prueba, plantearle un desafío a mi inteligencia, me estaba diciendo ‘si puedes con esto, podrás con todo’. Desde niño, la necesidad de demostrar mi valía había sido un motor constante. De hecho, hasta hace escasos años mi vida parecía consistir en un sometimiento continuo a exámenes finales, algo agotador”…
“Cada día, de camino a la universidad, iba pensando que no era lo suficientemente listo y estaba convencido de que solo era cuestión de tiempo que descubrieran que era un fraude. Llegaba a encontrarme mal físicamente. Aunque la física era una montaña frente a la que me veía diminuto, acabé amándola y convenciéndome de que dedicaría mi vida a ella. Pero, si bien llegué a completar un doctorado, que versaba sobre el análisis matemático de los datos que se obtienen de los aceleradores de partículas, el éxito de La soledad… me impulsó a dejarla”.
La escritura y el amor
“Lo de escribir empezó como un modo de librarme del estrés y del miedo que me generaba a diario la física. En realidad, surgió de otro abandono y de otra frustración previos. Durante más de diez años toqué la guitarra y escribí música, esa era la veta artística que me oxigenaba. Hasta que llegó un momento en que admití que carecía de talento y que no iba a ningún lado, de modo que, de un día para otro, metí el instrumento en una funda. Durante los meses siguientes me volqué en el estudio pero me ahogaba, en sentido literal, y decidí salir a coger aire escribiendo cuentos. Nunca lo había probado, sospecho que antes por temor a descubrir que no era capaz que por falta de ganas. Me apunté a un curso en la Scuola Holden, la fundada por Baricco, que era más un lugar de encuentro y debate que un taller de narrativa. Ahí conocí a mi pareja actual, fuimos para cada uno la persona justa en el momento justo. Me convenció de lanzar a la basura los relatos y concentrarme en la novela. Todo se alineó”.
Distancias insalvables
“Parte de la magia de La soledad… provino de su confluencia con esa relación sentimental y parte del hecho de que la espontaneidad guió sus pasos. Lo empecé en paralelo a mi tesis doctoral y, puesto que mi tutor me insistía mucho en la precisión de los datos a los que debía llegar, proyecté esta obsesión sobre mi estilo, buscando la nitidez de la frase sencilla y de la exposición clara a la hora de explicar la historia, algo que, de paso, me confería seguridad. Con aquella novela quería arrojar un poco de luz sobre rincones delicados de mi pasado, entender si algo fue mal, explicarme las causas de diversas manifestaciones de un dolor íntimo ligado a relaciones familiares, de amistad y de pareja. No es que hubiera un trauma concreto, no fui ni un niño ni un adolescente marginado, ni tuve grandes conflictos con mis padres, sacaba buenas notas, solo en los deportes era una nulidad (ríe)… se trataba de algo más sutil, ligado a las relaciones sociales. Desarrollé de forma muy temprana un malestar al descubrir la brecha entre tu auténtica personalidad, escondida en alguna región interior, y la que proyectas de cara al exterior. La falta de conexión entre ambas me dolía y busqué transmitirlo en mi ópera prima. Qué abstracto todo, ¿verdad? Me resulta complicado ponerle palabras, supongo que si sigo escribiendo sobre ello es porque escapa a simplificaciones”.
Hasta las narices
“Hace escasos años hubiera afirmado que la infancia y la adolescencia iban a ser los temas a los que me iba a dedicar el resto de mis días. Pero ahora, aún reconociendo que hay una fuerza gravitacional que me devuelve a ese lugar con frecuencia, no lo tengo tan claro. Al tratar sobre esos asuntos tan privados en el libro, y luego en un sinfín de entrevistas, acabé autoanalizándome hasta el hartazgo. Después de tres años de gira promocional, me sentía vacío del todo. No veía el momento de cerrar esa puerta y abrir otra”.
“A esto se sumaban los efectos perversos de la fama. Ese encontrarse convertido en un perenne centro de atención me desequilibró por completo al alterar las relaciones con todo mi círculo. Uno empieza a darle vueltas a qué quiere de verdad la gente de ti y a sobreanalizar cada uno de sus movimientos cuando, en realidad, nada ha cambiado. Yo, que nunca había sido sociable por naturaleza, me aislé de una forma terrible y, claro está, acabé hasta las narices de mí mismo. El problema es que siempre que me sentaba a intentar arrancar una nueva historia, el miedo al fracaso me paralizaba, la sospecha de que podían haberme colocado en un lugar del que no era digno, que todo era un accidente, me corroía. Así que todas las palabras me sonaban a intentos por desmentirlo, por demostrar que sí era lo suficientemente bueno. Me pasé un año prácticamente encerrado en este estudio lanzando páginas y más páginas a la basura de dos libros fallidos. Llegó un momento en que empecé a estar cabreado con todo el mundo, culpando a los otros de estar presionándome en vez de reconocer mis paranoias. Decidí abandonar Turín por unos meses”.
Diez kilos de más
“Me refugié en la calma y la soledad que dispensaban la Toscana y la Puglia (...) Mi novia me sugería que lo dejara durante un tiempo indefinido, incluso que me dedicara a otra cosa. ¿A qué?, pensaba yo, casi lamentando haber dejado la física teórica, casi olvidando que esta me hacía sentir mucho peor conmigo mismo que la literatura, provocándome ardores de estómago y erupciones cutáneas. Entonces pedí a Vanity Fair viajar a Afganistán de cara a realizar un reportaje sobre un destacamento militar italiano. Y todo cambió”.

Un capitán al rescate
“Corría el mes de diciembre y me encontré de bruces con algo infinitamente más poderoso y trascendente que mis miedos. Una noche, un capitán me explicó un episodio trágico de unos meses atrás, cuando un puñado de hombres murieron en una emboscada. Lo hizo de una manera tan desapegada como clara y, sin ser consciente de ello, la fue construyendo en los tres actos propios de la novela tradicional. Al contrario que con La soledad…, que se fue montando por bloques, aquí vi desplegarse frente a mis ojos un libro completo en diez minutos. Aterricé en Roma en un vuelo con escala y, después de una semana sin disponer de un teléfono, corrí a llamar a mi pareja para contarle que creía que al fin había dado con una posible novela. Ella, que sabe que soy un fan de la literatura bélica, se olió que iba a tirar por la vía militar y se puso hecha un basilisco. Temía que el asunto me sobrepasara, no me creía preparado para abordarlo. Tuvimos unas peleas de órdago que llevaron la relación al límite. Con todo, a los quince días de regresar ya estaba abducido por el proyecto”.
Entrevista a Paolo Giordano
Entrevista a Paolo Giordano
No yo-yo: vosotros-vosotros
“Lo que más me impresionó en Afganistán fue la sensación de comunidad, ver a tantos jóvenes compartiéndolo todo las veinticuatro horas del día durante largos periodos de tiempo, de algún modo me transportó a esos campamentos de verano de la infancia hacia los que siempre he desarrollado una nostalgia tremenda. Establecían una conexión intensísima, muy difícil de hallar si sigues un camino individualista, como es el de la física o la escritura, donde tú y tus objetivos sois lo único en juego. Por primera vez en un lustro me descubrí dejando de pensar en mí y perdiéndome en las formas de ser y en las historias de un grupo de gente de mi edad. Todo ahí desprendía un aire elemental y espontáneo que se me antoja casi irreconocible en la confusa, liada y viciada existencia cotidiana. (...)
El cuerpo es sabio
“El título El cuerpo humano surge del hecho de observar la relevancia que adquiere el mismo bajo circunstancias extraordinarias. Cuando existe una amenaza, el cuerpo es lo primero de lo que te debes preocupar. En ambientes controlados y seguros nos podemos olvidar de él, incluso apenas reparar en que existe a menos que estemos en cama a 40 de fiebre, un lujo que no te puedes permitir en una fortificación en medio del desierto con el enemigo rondando y donde el alimento te cae del cielo una vez cada veinticinco días. Esa faceta animal de uno se vuelve muy relevante. También me interesaba mostrar cómo el cuerpo es capaz en ocasiones de anticiparse a los acontecimientos, cómo lanza mensajes de alarma que se adelantan a la capacidad de reacción del cerebro, de aquí que todos los personajes sientan en el estómago que algo va a ocurrir antes de procesarlo mentalmente”.
El cuerpo humano Paolo Giordano Salamandra / Ed. 62 352 págs. 19 €.Masculinidad más femenina
“No me ha interesado analizar la guerra ni el ardor bélico, que solo forman parte del trasfondo, pero sí el concepto de heroísmo. Como quintaesencia de todos los valores masculinos, siempre me había sentido muy intimidado por el héroe de guerra. Los protagonistas empiezan con una visión muy estereotipada e ingenua de lo que este representa pero, al golpearles la tragedia, descubren que hay formas de abordarlo más éticas, altruistas y ligadas a la vida interior. Ahora que he formado una especie de familia, con mi novia y sus hijos, yo mismo he visto que se requiere de un cierto heroísmo para sostenerla. Hay algo mucho más femenino en el heroísmo de lo que muchos piensan. De manera que escribir este libro ha supuesto, en cierta manera, pasar un rito de masculinidad”.

La generación ¿?
“El mayor logro de la literatura es conseguir que empatices con alguien a priori muy diferente y extraño a ti. Eso es lo que busco porque, de conseguirlo, seré capaz de activar un gran espectro de respuestas emocionales. ¿Riesgo de caer en la cursilería? No lo pienso, es más, a veces me digo que debería ser un poco más azucarado. Lo que he intentado es dar con las claves que definen a mi generación y no he sido capaz más que de sentirlas, no de expresarlas con palabras, un terreno en exceso abstracto. Las generalidades, como qué es caprichoso o egoísta, se las dejo a los políticos”.

Aquí tienes el enlace si quieres leer la entrevista completa.(Revista digital Qué Leer)




8 may 2013

Yann Martel, autor de Vida de Pi, cuenta cómo engendró la historia

  Ningún libro emerge de la nada.

  Y Yann Martel, el escritor canadiense que se ha hecho mundialmente famoso por Vida de Pi, no ha tenido ningún inconveniente en contar cómo se fraguó en su imaginación esta fascinante historia.
  Ya que este libro es una de las entradas más visitadas del blog, nos ha parecido interesante incluir este artículo que hemos encontrado:

   Algunos escritores apenas desvelan unos pocos detalles del proceso de formación de su novela, como si revelar todo restase magia al producto final. Yann Martel no es de esta opinión y no hay más que ver el inicio de su ensayo "Cómo escribí Vida de Pi". En él, el canadiense deja claro que va a contar de pe a pa el proceso que siguió para escribir la novela que dio lugar a la oscarizada película del mismo nombre.

   Para Martel, tres son los factores que están detrás de cada novela: influencia, inspiración y trabajo duro. La primera, la influenciale llegó tras leer un libro de Ian Moacyr Scliar. En 'Max y los gatos', Martel vio algo que le llamó muchísimo la atención. No fue el estilo del libro, que no le atrajo, sino la premisa, la idea principal. La obra trata sobre una familia de judíos que tienen un zoológico en Berlín en 1933 y como el negocio va mal y empiezan a tener problemas con los nazis, deciden marcharse a Brasil. El barco naufraga y sólo sobrevive uno de los judíos en una barca con la compañía, es un decir, de una pantera.
Sin duda, de ahí salió la idea principal del indio que sobrevive a un naufragio con cuatro animales de su zoo: un tigre, una cebra, un orangután y una hiena. Para Martel, Scliar había desarrollado mal el argumento y él podía hacerlo mucho mejor. Sin embargo, dejó el proyecto de lado para embarcarse en otros.
La inspiración le llegó después, en su segundo viaje a la India. Se encontraba solo en Bombay y su vida no parecía tener sentido. Sus primeras dos novelas apenas habían vendido un millar de ejemplares cada una y la apasionante historia que tenía pensado escribir se le había atascado. No le salían ni los diálogos ni las descripciones. Nada. La historia había muerto. Fue entonces cuando acudió a una colina muy tranquila, lejos del bullicio de la ciudad, y recordó la premisa de Scliar.
  De repente, la musa le visitó y fragmentos enteros de su futura novela surgieron de su mente: el bote salvavidas, los animales, la mezcla de lo religioso y los zoológicos, las historias paralelas. La vida de Pi comenzaba a tomar forma.
  A partir de ese momento, comenzó la última parte. Llegó el momento de trabajar duro. Primero visitó todos los zoológicos que pudo en el sur de la India y también pasó tiempo en templos, iglesias y mezquitas. Intentó aprender todo lo posible de la cultura para desarrollar la ‘indianidad’ de su personaje principal. Esta fase le llevó seis meses.
  Después volvió a Canadá y durante año y medio estuvo investigando para su novela. Leyó libros sobre cristianismo, hinduismo y el islam, otros de biología o psicología animal y también historias sobre naufragios.
  Al principio, Martel pensó en un elefante indio, más pequeño que el africano, pero la idea de ese animal en el bote le pareció cómica y la cambió por un rinoceronte indio. A éste también lo desechó para llegar al tigre, la elección que de forma retrospectiva parecía más lógica. El resto de animales surgieron sin problemas porque les dio cualidades humanas: la hiena representaba la cobardía; el orangután, el instinto maternal, y la cebra, el exotismo.

  Los restantes detalles del libro fueron saliendo poco a poco para dar lugar a un libro lleno de imaginación que al final se ha hecho famoso por una película que dio el Óscar al Mejor director a Ang Lee. Además, el film se llevó otras tres estatuillas.



Podréis encontrar el artículo aquí 

22 abr 2013

Lecturas para Crecer y hacer Felices en el Día del Libro

  ¿Qué libro vas a regalar?
  ¿Qué libro quieres que te regalen?

  Cualquer día del año puede valer para dar respuesta a estas dos preguntas pero mañana, Día del Libro, puede ser un excelente día para no alargar más ese regalo que llevas tiempo queriendo hacer.
  Aunque este blog aún no tiene una larga andadura, sí podemos hacerte una lista de todos los libros-mapa que hemos recomendado hasta este momento.

  Tal vez encuentres ese libro que quieres regalarle a alguien especial para que sea un poco más feliz.



  Ahí van nuestras perlas:
  1. Sonrisas de Bombay, la Novela Gráfica






    Por favor, ¡contadnos qué libros vais a regalar mañana!


                        Feliz Día del Libro a todos

9 abr 2013

El Principito cumple 70 años


Les 70 ans du Petit Prince
¡Feliz cumpleaños, Principito!!

   Desde el planeta Tierra, un lugar mucho más grande y convulso que tu pequeño asteriode B 612, queremos desearte unos 70 años llenos de energía y salud.
  Aunque, francamente, te conservas estupendamente y nadie diría que tienes ya una edad tan respetable.
  Quizá se deba a que sigues manteniendo tu mirada asombrada de niño. O a que no dejas de cuestionarte con ingenuidad y bondad sobre el mundo que te rodea.
  Qué envidia, Principito, poder conservar esa mirada infantil y sabia que muchos adultos vamos perdiendo a medida que nos vamos alejando de nuestra niñez.

  Tal vez, por eso, por tu magia para recordarnos ese niño que un día fuimos, eres tan popular aquí en nuestro planeta:
  Tu libro, desde que vio la luz el 6 de abril de 1.943, se ha convertido en el más traducido del mundo. Nada más y nada menos que ¡145 millones de ejemplares vendidos!
  Además, has sido nombrado embajador virtual de la ONU y tu cuenta en Facebook tiene ya más de cinco millones de seguidores.
  Incluso tienes una serie de dibujos animados que siguen millones de niños en más de cien países.
  Y, por si esto fuera poco, a lo largo de este año se estrenará una película sobre ti.

Sabemos que a ti los números del éxito te importan bien poco:

“A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: “¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?” Pero en cambio preguntan: “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?” Solamente con estos detalles creen
conocerle.”

  Pero los adultos de la Tierra no podemos evitar hacer recopilación de este modo cuando alguien tan importante como tú cumple 70 años.
  Por eso nos sigues haciendo falta hoy más que nunca, para que nos recuerdes una y otra vez que "lo esencial es invisible a los ojos", y a las cuentas y cifras de la razón.

  Y es que ya sabes que  "las personas mayores nunca son capaces de comprender las cosas por sí mismas, y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones.”
  Menos mal que eres muy, muy paciente y no te importa repetirnos una y otra vez lo verdaderamente importante de esta vida para ser feliz.

  Muchas gracias, Principito, y que cumplas muchos más.
  Dale recuerdos a tu pequeño cordero de nuestra parte.